jueves, 20 de junio de 2013

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Mi ginecóloga (relato)


Mi ginecóloga



Llevo un año y medio noviando con mi ginecóloga, Esther, con quien llevamos una vida sexual muy intensa, casi siempre a solas en el consultorio o su casa, pero hemos tenido varios tríos con Mónica, su secretaria de 23 años y con Isabel, una paciente de 48 años, y ayer desvirgué a Susana, una adolescente de 17 años.

A la mañana siguiente, después de haber hecho gozar de varios orgasmos a Susanita, es Esther quien se despierta primero, y como pasa siempre, quien de las dos se despierta primero comienza a dar suaves caricias a la otra, en el rostro, pechos, entrepierna, hasta que la otra despierta ya excitada. Pero esta vez, las caricias de Esther fueron más allá, ya que comenzó por mi vagina y lentamente se apoderó de mis nalgas, buscando abrir los cachetes e introducir un dedo en mi culito virgen, es en eso que despierto y con el asombro de las caricias que me prodigaba mi novia, solo atiné a cerrar mi culito, girar y besar a Esther en la boca, cosa que ella devolvió con mucha pasión como siempre lo hace, pero siguió intentando con mi culo.

"Esther, realmente te gusta ese juego", dije a su oído, "Cielo me gusta a mi, y vas a ver que tú lo vas a disfrutar y mucho", para darme otro profundo beso de lengua, metiendo un dedo en mi ya mojada vagina, mientras que yo solo respondía el beso y acariciaba sus hermosas tetas. 

"Cariño hoy jugaremos y mucho antes de desayunar, recuerda que tenemos que estrenar un nuevo juguetito que compré para nosotras", dijo Esther "Si amor lo recuerdo pero esas caricias en mi culito me sorprendieron, pero cielo soy toda tuya, sigue con el juego que me estas excitando y mucho".

Es entonces que Esther comienza a besar mi cuello, bajando lentamente hasta mis tetas, acariciando un pezón, mientras al otro le da sus más cálidas lamidas, haciendo que se pongan como piedra y yo comience a suspirar cerrando los ojos y dejándome hacer. 

Siguió su camino por mi ombligo donde se detiene un minuto para besarlo y lamerlo, dejándolo ensalivado, para con una mano abrir mis piernas en busca de mi vagina, la que encuentra rápidamente porque yo me expongo por completo a ella abriendo al máximo mis piernas. Mi novia no duda y de inmediato mete dos dedos en mi cálida y ya mojadísima vagina, dándome uno de los mejores masajes vaginales que hasta el momento me había prodigado.

"Amor me encanta cuando te entregas a mí, y me ofrendas lo mejor de tu dulce néctar", "Sigue amor, sigue, soy toda tuya y me haces muy feliz", dije en medio de suspiros y gemidos. Luego de arrancarme el primer orgasmo, se incorporó nos dimos un largo beso de lengua, mientras yo jugaba con su clítoris bien duro a ese momento, lo que hizo que mi novia comience a gemir suavemente. "Amor espera un momento que traigo el juguetito", dijo Esther, se acercó al modular del dormitorio y sacó una caja envuelta en papel de regalo floreado con un tremendo moño color rosado, me lo da en la mano y dice "Es un regalo para ti pero lo usaremos ambas, cada vez que queramos con la otra, porque no se puede usar a solas". 

Rompo el papel como es habitual en estos casos, abro la caja y encuentro un lindo consolador con cinturón "Es un arnés" dice Esther, mediría unos 20Cm por 5Cm de diámetro, inmediatamente tuve el deseo de meterlo en mi boca, cosa que hice de inmediato, mientras mi novia veía como lo lamía y devoraba. 

¿Amor has tenido una real en tu boca? preguntó Esther 
-Si amor la de mi ex-novio, siempre antes de coger hacíamos un 69 y yo disfrutaba mucho comiéndome su pito- 
-Seguí amor seguí comiéndola, lubricala bien porque el juego recién empieza- dijo mi ginecóloga.

A la vez que yo le hice caso lamiendo toda la extensión de esa maravilla, Esther me hizo girar y poner de costado, mientras ella bajo besando por mi espalda hasta llegar a mis nalgas, las que acaricio, beso y lamió por varios minutos, yo me estaba mojando nuevamente por su accionar y por el consolador entre mis labios. 

Esther abrió un poco mis nalgas y comenzó a besar mi ano, metiendo alternativamente su lengua en forma de punta, primero muy suave alrededor del anillo virgen, "mmmmmmmm, amor que rico" dije suspirando, ella siguió lamiendo por varios minutos hasta que volví a tener otro orgasmo, el que se lo hice saber con mis gemidos. 

Entonces es Esther quien me pone por completo boca abajo sobre la cama, para luego levantarme de la cintura haciendo que mi cola apunto bien hacia arriba, quedando mi cara pegada a la almohada, me pide el arnés, se lo ata a su cintura, mientras del cajón de una mesa de luz, saca un pote de gel con el que lo lubrica, para volver a lamerme el culito metiendo muy lentamente el dedo del corazón acariciando el interior del culo hasta ahí virgen.

Una vez que dilató con su lengua y dedo mi última virginidad, lubricó con el gel mi culito, para lenta y suavemente introducirlo un poco, provocándome un fuerte dolor, que expresé en un solo grito. 
Lo saca lentamente como lo había introducido, colocando más gel esta vez tanto a mi culo, como al arnés y así intentar nuevamente la penetración, haciéndolo con extrema delicadeza y suavidad. 
Fue entrando lento pero sin parar hasta casi la mitad, donde se detuvo y comenzó a darme masajes por mi espalda y cintura, bajando a las nalgas, las que acarició con suavidad, para luego darme pequeños palmadas que me hicieron estremecer, para continuar con la penetración mas lentamente aún, haciéndome gemir, mezcla de dolor y placer, una vez que lo tenía bien adentro me tomo de las tetas y comenzó a bombear lentamente pero sin parar, arrancándome gritos de dolor, mi novia parecía poseída ya que incrementó sus movimientos de cadera en un mete y saca interminable, logrando que rueden lágrimas sobre mis mejillas, mientras ella seguía bombeando con más intensidad y apretando mis tetas y pezones, logrando que el dolor se comience a transformar en placer, mientras Esther ya con su pelvis pegada a mis nalgas continuaba en el mete y saca, dejando de apretarme uno de mis pezones, para buscar con la mano libre mi super majadísima vagina, y darle tiernas caricias a mi clítoris, provocando uno de los más profundo y prolongados orgasmos de mi vida, al tiempo que ella gemía, muestra de que estábamos acabando juntas las dos, dejando mis nalgas empapadas por sus jugos, sin sacar el arnés de mi ya culo roto, se tira sobre mis espaldas y acariciándome el cabello me dice al oído: 
"Viste amor que lo ibas a disfrutar y mucho" 
"Si amor lo disfrute" dije aún temblando y agitada 
"Pero sacala mi amor que me duele", dándome caricias en la cara se eleva un poco y comienza lentamente a sacar esa enormidad que me había partido en dos. Para abrazarnos y unirnos en un prolongado beso de lengua, mientras ambas metíamos dedos en la vagina de la otra, hasta quedarnos dormidas.

Yo desperté primero de esa temprana y pequeña siesta, aún sentía un pequeño dolor en mi culo, por lo que fui a refrescarlo, notando que en la sábana habían quedado las marcas de mi desvirgue, mis jugos, los de Esther y sangre, son seguridad de mi ahora ya culo roto. 

Al regresar a la cama Esther aún dormía, por lo que comencé con lo habitual, quien despierta primero debe despertar a su amor con los más suaves y dulces besos acompañados de cálidas caricias, a las que mi novia reaccionó de inmediato. "Como te sientes amor", dijo. "Bien cariño un poco dolorida aún, pero muy feliz de que hayas sido tú y hoy quien me haya roto el último virgo que me quedaba", "Espera cielo que busco algo que te hará muy bien en ese palpitante culito que tienes".

Fue hasta el botiquín del baño y trajo un bote de crema, y colocando una buena cantidad alrededor de mi roto culo, introduciendo un poco en el interior del culo dijo "Es un anti inflamatorio que te refrescara y quitara rápidamente el dolor amor mío, perdona si te hice mal, pero desde el primer día que te tuve en esta cama esperába este momento". "Cariño ya sabes que siempre seré tuya, y hagas lo que hagas, como siempre lo haces con amor, siempre me das un gran placer y satisfacción" respondí, abrazándonos nuevamente y unirnos en otro prolongado beso.

Ya eran más de las 10 de la mañana, tarde para desayunar, aunque era sábado, por lo que nos dimos juntas un baño de espuma y sales en la bañera para relajarnos y como siempre ponernos un sensual boody y comenzar con la limpieza de la casa. 

En eso estábamos cuando recordé lo que había dicho a cerca de la madre de Susana la nena-adolescente que yo había desvirgado el día anterior y pregunte "Amor que quisiste decir con eso que Susana es mucho mejor que su madre? 
-Cariño a Elena, la madre de Susana, la conozco de la facultad, con ella me inicié en el lesbianismo, fue un juego al principio pero termino en que lo hacíamos 2 ó 3 veces a la semana, hasta que se puso de novia con  el que fue su marido, pero yo seguí estudiando, me recibí y ella fue mi primer paciente, con la que nos reencontrábamos una vez al mes en mi consultorio, y lo seguí haciendo hasta hace unos 4 años en que ella se enamoró de una chica de 18 años con la que esta viviendo ahora, y Susana pasa una semana con su padre y otra con Elena, ayer no tenía ningún compromiso como para no poder acompañar a su hija a la segunda consulta con la ginecóloga, ella quería que fuese yo, como regalo y en recuerdo de nuestra historia, quien desvirgue a Susana, pero como mi amor por ti es mas fuerte que el deseo que podría tener por esa criatura, es que te concedí ese placer". "Gracias cielo, no sabes lo feliz que me haces con esas palabras, y gracias por el regalo de hoy, como dijiste ese no se puede usar solita, más tarde seré yo quien me ponga el arnés amor mío".

Luego de terminar con la limpieza y preparar el almuerzo, algo liviano como siempre, porque más nos alimentábamos con amor y sexo, que con las comidas habituales, nos fuimos a living y colocando almohadones sobre la alfombra comencé a desvestirla con caricias y besos, cosa que ella hizo conmigo. 

Desnuda corrí al dormitorio a buscar el arnés y el gel, la tendí sobre los almohadones dándole profundos besos mientras que ambas teníamos una mano en la vagina de la otra, provocándonos los primeros estremecimientos y mojándonos los dedos con nuestros jugos, nos los dimos una a la otra para introducírnoslos en la boca, luego de eso ato el arnés a mi cintura y abriendo los labios de su vagina lo voy introduciendo lentamente hasta la mitad, me detengo y le lamo uno de sus hermosos pezones, mientras ella gime y me pide mas, por lo que le hago caso y sigo penetrándola hasta el final, a la vez que le doy un profundo beso de lengua.

Esther desde abajo comienza a jugar con sus caderas provocando juntas un juego de entra y sale cada vez mejor acompasado.
-Sigue, amor sigue que lo haces muy rico, mas, dame mas, mas, aaaaaa". grito Esther. 
-"Si mi vida disfrútalo cielo, te quiero mucho y quiero que goces al máximo este momento", dije mientras seguía bombeando en el interior de la vagina de mi novia. 

Luego de ese estruendoso orgasmo, me salí del interior de mi novia, quedando abrazada a su lado dándonos tiernos besos y caricias, ella tenia sus piernas mojadas por sus jugos y metió un dedo dentro de mi vagina. 

"Veo que también lo disfrutaste estas mojada amor" dijo, para continuar diciendo "Pero en cuanto recuperemos la respiración me darás rico como recién pero en mi cola". "Si amor lo que tu pidas" respondí.

Quedamos dándonos unos buenos besos de lengua mientras recuperábamos fuerzas, hasta que ella misma se puso en cuatro, y dejando su cálido culo a mi disposición dijo "Amor lameme el culo quiero sentir tu lengua bien adentro", al principio sentí un sabor algo desagradable, nada que ver con el sabor de su tierna vagina, pero seguí lamiendo y metiendo un dedo en su mojada panocha, para luego ponerlo en ese culo ansioso, fue cuando ella pidió "Cielo hagamos un 69, quiero tener ese falo en mi boca mientras me comes la panocha así me excitas mejor. Cosa que hice de inmediato mientras le comía su jugosa y deliciosa cosita, ella lubrico con su saliva el falo del arnés, comenzó a jadear con mi lengua en su panocha, eso hizo que me calentara al máximo. Fue entonces que sacando el arnés de su boca Esther dijo "Cielo ahora mete todo lo lindo que tenes en el culo que te espera ansiosa"

Ni lerda ni perezosa me puse en posición y ella levanto su culo lo mas alto posible dejándolo bien a mi alcance, mejor dicho al alcance del arnés, ese anillo apretado, pero que solo con mi lengua comenzó a dilatarse y dejar paso a dos de mis dedos, puse un poco de gel en el falo del arnés y le apunte a su palpitante culo, mientras Esther me pedía que lo haga suave, porque hacía mucho que no tenía algo tan exuberante en su culo, y así fue que lentamente metí la cabeza, mientras le agarraba las caderas para empujar suavemente y dejarlo deslizar muy lento pero sin pausa, hasta que quedamos unidas con mi vulva a su culo, que comenzó a estremecerse ante la presencia de tan impotente falo, ella me pidió que lo haga lento así lo disfrutaba mucho mas, cosa que hice, comencé en un entra y sale, suave pero con ritmo, fue entonces que ella con una mano comenzó a acariciar su clítoris pidiéndome, "Ahora acelera amor, dame duro, dame rico, que me encanta, dame mas, mas, mas…..", así fue que acelere mi pelvis y la coji por el culo como ella a gritos lo pedía, a la vez que saco sus dedos de su vagina, y los fue metiendo con dificultad en la mía, que ya era una sopera por la cantidad de jugos que tenía, mientras me pedía "Mas, amor, dame mas,amor que rico lo haces, dale duro amor, mas duro, mas, mas quiero sentirte en mis entrañas, me estas haciendo muy feliz amor, mas, mas, massssss", fue el momento que comenzó a temblar, nunca le había arrancado un orgasmo tan espectacular como este, cosa que jadeando. 

Las dos rendidas quedamos tiradas sobre los almohadones, yo aún con el arnés en su culo besándole la espalda y nuca, para que ella gire su cabeza y nos unamos en un profundo beso.

Cuando todo terminó Esther dijo "Cielo cada vez me haces mas feliz, no se que hacer contigo eres especial en el arte del amor, y sabes muy bien como dar placer". "Amor mío lo que pasa es que te quiero y te necesito tanto que temo perderte por no saber complacerte, por eso me esfuerzo a tu lado, pero tengo el mayor de los placeres cada vez que acabas junto a mi" respondí y dándonos miles de besos y caricias nos quedamos dormidas sobre los almohadones.
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